SAN JUAN - ARGENTINA

Por las plazas se los suelen ver, desafiando la gravedad con estilo. Con patineta en mano, cascos y coderas, los skaters “patean” la ciudad en busca de nuevos retos, aunque ello les signifique una aventura total dados los conflictos que se presentan con las personas que circulan por el lugar. Sin embargo, el amor por deslizarse con la tabla y por realizar trucos es más fuerte.

 

Lautaro Rojas, de once años, abre el juego y le permite conocer a Cuna Deportiva el mundo que se adueñó de su pasión. “El skateboarding es como una forma de vida”, cuenta el pequeño que hace cinco años descubrió pasión por lo que hace. Es que no sólo se trata de poner en marcha piruetas arriba de una tabla sobre ruedas. La disciplina encierra mucho más que ello.

 

El niño que consiguió una destreza envidiable con el skate, tras imitar videos de internet, comenta que resulta complicado llevar adelante un deporte que muchas veces no es reconocido como tal, sumado a la falta de dirigencia y de skateparks en la provincia. Tener un lugar público donde practicarlo sería ideal, ya que se evitarían inconvenientes por hacerlo en las plazas.      

 

Y si de plazas se trata, la Laprida gana terreno entre la crew del skate. Por sus escalinatas, las fuentes y la superficie lisa, el espacio se convirtió en el predilecto y allí convergen todos los amantes que combinan cultura callejera, arte urbano y deporte. Trucos por doquier invaden el escenario céntrico que vive a otra velocidad.

 

En lo que refiere a la indumentaria, sólo se requiere un buen par de zapatillas y una patineta –junto a los elementos de seguridad como lo son casco y rodilleras- para lanzarse a la aventura de esta práctica. Pero ¡ojo!, el mantenimiento alcanza niveles mayores, según explica el amigo Lautaro. “Al menos un par de zapas por mes se necesitan, ya que las gastamos mucho, lo mismo que la tabla. Desde que empecé, ya llevo ocho”, asegura.

 

Quien se consagrara en el tercer lugar de la Batalla de Team local, competencia organizada por los mismos skaters, recién se ubica dentro del grupo principiante y aunque autodidacta sea, cuenta que tuvo la oportunidad de asistir a “demos” -clases- de profesionales. “Algunas clínicas hubo en ‘Vertical’ -pista privada- y vinieron a San Juan los mejores del país como Milton Martínez -a quien admira-“, afirma. Sin embargo ello no resulta suficiente, por lo que el aliento y la crítica de sus compañeros se volvió la única manera de evolucionar. “Cuando me sale un truco, me animo a hacer más. Eso sí, estuve toda una tarde intentándolo, con la ayuda de mis amigos”, confiesa.

 

Al igual que otros, el chiquito que mata de facha con un look pro reconoce que tener un sponsor para abastecerlo con los accesorios que ocupa es una meta a cumplir, mientras que participar en los X Games representa su máximo sueño, por lo que hará lo necesario para hacerlo realidad. Y es que tiene una razón convincente: “El skate es mi vida”.